sábado, 23 de octubre de 2010

A N A L Í Z A M E (4º parte de 4)


Capitulo 4 – El examen

Silvana acababa de declarar su amor, mesa con desayuno por medio, inmóvil, con la mirada clavada en los ojos de Frida, podía anticipar su reacción. Tenemos examen en económicas evadió Frida y levantó todo lo que estimó innecesario para que Silvana termine su desayuno, tomó sus cosas y desapareció. De camino a la Facultad puso su mente en blanco se concentró en las formalidades que debía cumplir, al llegar organizó absolutamente todo con puntillosa obsesión y se sentó a esperar a su Adjunta.

Afuera los alumnos esperaban impacientes el inicio del examen, la cátedra jamás tenía estos inconvenientes, aunque desde las llegada de Silvana algunas cosas habían cambiado, un poco de color y algunos sobresaltos salpicaron un año electivo diferente. Dos horas más tarde llegó Silvana y el examen pudo comenzar, Frida estaba realmente molesta pero nada se animaría a decirle a Silvana que ardía en llamas y lo hizo saber de inmediato, juntó a los alumnos y pidió perdón por la tardanza, debí resolver un problema personal de mayor importancia se excusó.

Y adivinen quienes abrieron la mesa en un insólito pedido de compartir examen que Silvana autorizó sin preguntar. Con un despliegue que nada tenía que ver con la estructura del programa comenzaron a verter ejemplos venidos de la literatura o explicaciones poco convencionales y lejos del vocabulario que Frida hubiera pretendido. José Luis comenzaba a exponer luego Javier terminaba la idea y se fueron cebando y uno empezaba una frase y otro la terminaba hasta el extremo infantil de decir una palabra cada uno con una coordinación increíble y Silvana tuvo que taparse la cara con una carpeta para esconder una carcajada. Y de repente sin que ni José Luis se lo espere, Javier sacó una galera de mago (vaya a saber donde la tenía) metió la mano dentro e hizo un gesto como si arrojara algo muy suavemente hacia el rostro de Frida, un segundo después Frida tiró la cabeza para atrás y se frotó bruscamente la boca como si algo la hubiera tocado, su rostro se disfrazó de furia y susurró para sus adentros algo que nadie entendió, como un insulto o algo así.

Frida sabía que los conceptos estaban aprendidos y que para colmo hasta era interesante la exposición y que había tenido que concentrarse para mantener su rostro inmune a los embates descabellados de aquel examen, hizo un largo silencio antes de escupir su primer pregunta, miró fijamente a José Luis y dijo, José Luis a ti te pregunto (como queriendo dejar claro que no soportaría una contestación a dos voces) ¿qué es el Complejo de Edipo?, ni idea contestó, es más no creo que exista, Edipo mató a su padre y se fifó a su madre al punto de hacerle cuatro críos, ¡imaginate si la fifó!. Es lo contrario a un complejo que comienza con una falta, ¿qué le faltó a Edipo, hacerlo con la hermana?, el Complejo es de Castración justamente para evitar que nos convirtamos en una sociedad de Edipos. En el triángulo amoroso hijo, mamá, deseo, el papá tiene que decirle a la mamá, vení para acá, mirá que vos sos mi mujer, que este pendejo se busque otra. Al flaco le cortan las piernas y lo dejan con las ganas (es un concepto fundante en la teoría de Freud) que percibe a través de la sensación de que le faltan las piernas el significado que éstas tienen para él y construye a partir de ello su propio camino. Frida sabía que tenía razón, sabía que la pregunta adolecía un error garrafal pero quería ahorrarse la fatiga de largas explicaciones, el universo estudiantil no hacía esos planteos, respondía de memoria cual maquina contestadora y con una mueca de inconformidad escupió otra pregunta a Javier. Una pregunta llevo a la otra y sirvió Borges, Saramago, Emily Dickinson, Schopenhauer, Kundera y también el panadero, un cántico de la cancha, explicaciones torpes e improvisadas porque al decir verdad nunca estudiaron un “cazzo” y lo que aprendieron lo sabían de aplicar cada cosa que leyeron a la “terapia del mate”, a la interpretación de los versos y de los escritos, práctica que se robó todas las supuestas horas de estudio.

Frida decidió desaprobarlos, Silvana escuchó atónita, analizó sus alternativas y disparó al medio de los ojos, a mi juicio es un ocho y se planteó una discrepancia que no se resolvería en aquel día, Frida intentó convencerla (un universo la separaba de Silvana), inútiles palabras, callando hubiera dicho el doble y la noche la sorprendió sin haber completado siquiera un examen. Sobre el final había hablado tanto sin escuchar una sola palabra de Silvana que se sentía vacía, la miró tan sentada, tan callada que quizás finalmente le cayeron las fichas. Cerraron un acta inconclusa y Silvana desapareció.

Frida volvió a su departamento desconcertada hubiera querido ser menos Frida aunque sea para satisfacer un deseo de Silvana, le hubiera gustado poder dejar sus convicciones por un instante y dar un pasito hacia su propia felicidad, caminaba pensado es Silvana, en su redonda cara, en sus hermosos senos, su cuidado cabello, su sonrisa infante, sus ojos (pensó que le recordaban a su madre) y de repente se estaba permitiendo lo que nunca, cuando vio a su padre sentado en el umbral de su edificio. Diez años después volvía a aparecer con la esperanza de que el tiempo hubiera dotado a Frida de un entendimiento capaz de superar el dolor que no permitió tiempo atrás perdonarle todo los pecados cometidos. Inmensamente más sosegada, pasó por frente a su padre, abrió la puerta del edificio y lo invitó a pasar. Subieron hasta el décimo piso, entraron al departamento, Frida puso la cafetera sin emitir palabra lo invitó a sentarse y se dirigió a la habitación de Silvana. Durante varios minutos miró la habitación desnuda con las puertas del placar y los cajones abiertos como queriendo mostrar el abandono, sin cuadros en la paredes, ni objetos olvidados, tan cuidadosamente mudada como quien no quiere excusas para volver. Y sonó la chicharra de la cafetera para despertar a Frida de su mundo, su padre estaba sirviendo los cafés cuando Frida estalló en llanto, sin pausa y con prisa relató sus últimos años de convivencia y declaró su amor por Silvana. El padre ni terminó su café y se marchó desahuciado y la abandonó de nuevo cuando más lo necesitaba, Frida lo vio alejarse a través de la acera desde el balcón de su décimo piso y pidió a Dios el privilegio de morir.

F I N.

13 comentarios:

  1. excelente! muy bueno!!! que escritor!!! quiero mas historias de Jose Luis y Javier!!!
    del fan's club del Loco88

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  2. Fan: gracias por comentar, me pone contento que te gustara un abrazo

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  3. Si bien en la época (año lectivo número ’95) en que está ambientada la historia, habìa, anualmente, elecciones en la facu; que más que elecciones eran como decia el amigo Segismundo “unas verdaderas erecciones”, potentes, …las que dábamos a los jóvenes viejos de la franja violeta, cito sólo a nombre de ejemplo y como dice el autor “es pura coincidencia”, la ragazza con los limones más dulces (o más grandes, no me acuerdo…) que se presentò a la batalla por el trono, y obviamente, claudicó ante los encantos de la primera muñeca brava elegida por el pueblo!!!!
    Ni siquiera al cerrar los ojos dejo de imaginar aquello que habrá sido la exposición más correcta y loca de algún exámen en la larga historia de la casa de correos, realmente así habrá sucedido y nos es el hecho que el fuego nos queme, es también la realidad que aparece para dejar las dudas sembradas, sin desdeñar su razón, aquella de dejar escapar la presencia para que su sagrado lugar lo ocupe esa expectativa con forma de renuncia a la elección contraria del hecho mismo…
    … es así, los locos son los demás!!!!!
    JAvi88

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  4. javi88 gracias por ayudar a vivir momentos escondidos, como no recordar aquellos limones, ¡queli-mones! los recuerdo grandes y si vos decis seguro que tambien dulces. No dejes esa particular forma de ver la vida (al revés) que al fin de cuenta si el mundo está patas para arriba es una forma correcta de verla. un abrazo y gracias por comentar.

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  5. citando a un cantante bastante conocido en el barrio decia "yo estoy al derecho... dado vuelta estas vos" y como discutirle! porque el norte es arriba y el sur abajo?
    me encanto tu Historia Lucas y los comentarios de javi y los tuyos estan tan buenos como el cuento mismo, abrazos y segui escribiendo y haciendome recordar lugares tan conocidos como el cuartito con el oceano de luz. Abrazos Germán N.B.

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  6. Gracias flaco por lo que me decís y comentas un abrazo del alma

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  7. muy bueno !! el final es fuerte ... conmovedor y qué pasa con los dos estudiantes?? no hay algo parecido en la historia de ellos con la pareja de Silvana y Frida??
    felicitaciones!

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  8. Laguirreta el comentario es fuerte, sos picante flaca. Gracias por seguir el cuento hasta el final un beso

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  9. y y y y no guto, pero no desiluciono, espero con ganas nuevas historias.

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  10. el las los Gracias por el comentario y me alegra la crítica, motiva el saber que hay alguien del otro lado, intriga el las los y habrá nuevas historias pero soy muyyyy lento un beso

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  11. El mate sin sus ritos no es nadie.. tampoco lo es Frida, cuya existencia sus propios ritos ya no podrán justificar. Seguramente, Dios no le dará el privilegio de morir, primero, porque como el mate debería ganárselo y segundo, porque ya le había dado uno mucho mayor. Lindo relato Loco.. Te seguimos leyendo (cuando la vagancia nos lo permite)

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  12. Amen:
    ¡aleluya no te he perdido!
    Que hermoso comentario, es cierto dios ya le había dado a frida un privilegio mucho mayor, yo no lo había visto desde ese punto, me gusta.
    Bueno si era solo vagancia ahora a poner una palabras en tu blog.
    Muchas gracias y un beso.

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  13. Me quedó un dejo de ternurita, una gran sabor amargo, algo que punza el corazón con insistencia como queriendo ganarle a los latidos, corriendo más rápido que ellos y, al mismo tiempo, ese sabor se hace tan dulcemente irresistible e incomprensible, tanto como aquel amor que claudica sólo por los prejuicios. Chapeaux!

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