lunes, 7 de junio de 2010

UNA SIMPLE FORMALIDAD ADMINISTRATIVA.


Despertó mayo 2010 y nuestra empresa una pequeña organización desorganizada enfrentaba el dilema reiterativo de elegir entre cientos de tareas que deberían ser ejecutadas en un tiempo tirano, sórdido e inalcanzable.

Nuestro espíritu hacedor (digo nuestro espíritu hacedor que es virtud y también defecto, cuantas veces hemos atropellado, ofendido y sorprendido a amigos y desconocidos sin intensión pero con culpa en este arrebato por ver que se ha hecho lo que fue proyecto del pasado) nos traicionó de nuevo y agregó a esa interminable lista de tareas una simple acción comercial, sencilla y efectiva, tan antigua como conocida, fundadora de la patria mía, impulsada por French y Beruti y luego interminablemente imitada, también llamada Volanteada.

Ya el tercer día de mayo enumeramos los pasos que seguiríamos para completar esta tarea que supimos concebir. Cual lista de supermercado enumeramos las acciones para completar la tarea como sigue:
1- Contratar una empresa de promociones
2- Diseñar un volante y mandar a imprimir
3- Elegir el lugar “estratégico” para la volanteada
4- Conseguir elementos al efecto, mesa, sillas y gazebo
5- Solicitar la autorización Municipal correspondiente

Contarles sobre las primeras cuatro acciones sería tan evidente como aburrido, son cosas de la realidad conocida. Pero la intrigante, compleja y fantástica solicitud Municipal encierra una mística historia que mezcla finamente la angustia con lo descabellado, la realidad y la fantasía, la impotencia y el humor, los ellos con los nosotros. Allí lejos del mundo real acontecen, conviven y reviven los muertos, los vivos y desaparecidos.

Para quienes como yo pisan los talones de los 40 recordarán la tira cómica de Asterix y Obelix cuando Julio César los obliga a superar doce pruebas de las que solo los dioses podrían salir bien. Si no las superan, se rendirán; si las superan, Julio César se pondrá en manos de los galos. Una de ellas consiste en una “simple formalidad administrativa” para lo que deberán entrar en la casa que enloquece y obtener un permiso que les permitirá acceder a la prueba siguiente, la forma A38. Si no la han leído abandonen este penoso cuento mal escrito y busquen en Internet: “una simple formalidad administrativa” y a morir de la risa.

Preparados los 4 primeros, el día 4 del mes citado, es solo coincidencia, cerca de las 8:30 de la mañana no recuerdo la hora exacta, cruce valiente y confiado el portal que separa este mundo de la casa que enloquece. Nota solicitando la autorización pertinente en una mano, sable y escudo en la otra y armadura en compose tallados estos últimos tres elementos con el emblema de nuestra empresa en acero forjado.

La nota debe ser presentada en mesa entrada, de camino a dicha oficina me encontré con Gerardo Gómez un amigo de la secundaria que me recomendó primero hacer la cola en caja para sellar la nota antes de presentarme en mesa de entrada. Buena recomendación pensé al tiempo que le pregunto que hacía allí, Gerardo vive en una oficina abandonada debajo de la escalera principal junto a otros ilustres ciudadanos desaparecidos que han optado por instalarse a vivir en la casa que enloquece en aras de terminar un trámite similar, Gerardo vive allí desde 1999.

Un par de días después los empleados de la oficina de autorizaciones, cita en el piso 10, amablemente me informaron que estaba a mi disposición la “cédula” para que pasara a retirarla. Fui ingenuamente a buscar mi autorización y me desburré que una cédula no es un autorización. Con la cédula te debés presentar en el predio municipal, a solo 15 cuadras de la casa que enloquece, para abonar el impuesto. Ya en el predio hice cola en la caja para pagar, ¡pero no!, primero hay que pasar por la oficina de Rentas para que te liquiden el impuesto, oficina que había cerrado mientras hacia cola.

Volví al día siguiente (intento hacerlo lo más corto posible), saque número y esperé a ser atendido, esta no es la oficina de rentas pasá a la oficina contigua ronroneó una niña sin demasiada cortesía. Vuelta a sacar número y esperar, pero allí era por orden de llegada, tiro el número y hago cola, hoy vine con tiempo pensé, me atiende otra ronroneadora que dice que este tema lo atiende Carolina y señala otra niña que trabaja en una computadora más atrás, lenta y pausada Carolina se acerca y paradita me toma la papeleta y dice haceme una fotocopia de esta cédula. Tomo la cédula y hago cola en la fotocopiadora al efecto, me cobran 25 centavos y vuelta a hablar con Carolina. La miró lo más furtivo posible y ante su negativa a prestarme atención lanzo mi sable logoneado que se clava en la pared a pocos centímetros de su rostro, me mira y lenta y pausadamente se me acerca. Ok dice esto lo liquida la jefa de renta y se retira, me siento espero unos 10 minutos y aparece con la fotocopia con una observación “no establece stand”, es un error de la oficina de autorizaciones ladra. Mientras tanto la oficina de multas visitaba mi empresa para labrar un acta por el no pago del impuesto, si si escucho bien, ¡me multaron!

Día 14 vuelta al piso 10 de la casa que enloquece pero primero debo hacer una nota previo sellado y presentarla en mesa de entrada. Espero dos días, cae otro inspector a la Empresa queriendo cobrar multa y labrar el acta, le explico lo sucedido le muestro mis notas y me dice que estoy mal predispuesto. Me llega una nueva cédula, voy al predio ferial pregunto por Carolina, no está, pido por la Jefa de Rentas y me pasa con Cristian que pregunta ¿había Stand? Digo cuanto sale la autorización con Stand. Veinte pesos replica. ¡Veinte pesos! Cobrame el Stand. Cristian liquida. Voy a la caja y pago Veinte pesos.

1 de junio todavía debo presentar la nota en autorizaciones para que acrediten el pago en la oficina 10 de la casa que enloquece, ¿previa nota y sellado? No se, mañana les cuento.

PD: un secreto: no se puede enloquecer a un loco, como mucho podrán curarme.

2 comentarios:

  1. Que grande Asterix y Obelix.. cómo olvidar su capítulo más argentino!!
    La burocracia, la peor tortura china y una de nuestras mayores especialidades.. a no rendirse!

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  2. Rendirse jamás sangre española corre por mi venas gracias por comentar y arriba el humor que nos permite digerir estas cosas

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