jueves, 17 de junio de 2010

ESE TIEMPO QUE NOS DEJÓ DISFRUTAR

Una vez pensé en mi corta mente e imaginación:
El tiempo como la rosa es sin porque
Irrespetuoso sórdido anarquista
Y aunque inútil fuese ganarle una partida
Vale la pena jugarle con alegría.

Luego tuve la inteligencia de leer el poema KATRINA'S SUN-DIAL de Henry Van Dyke:
Hours fly,
Flowers die:
New days,
New ways:
Pass by!
Love stays.

Time is
Too Slow for those who Wait,
Too Swift for those who Fear,
Too Long for those who Grieve,
Too Short for those who Rejoice;
But for those who Love,
Time is not.

Y luego o quizá antes, tuve la suerte de recordar algo que había olvidado, archivado vaya a saber en que recóndito rincón de mi memoria, que alguna vez escuché del amor decir, “el tiempo se congeló y nos dejó disfrutar”.

Magdalena Dickinson, aunque era dos años mayor que yo, cursaba sexto grado mientras yo estaba en quinto, ella era la mayor de su curso y yo el menor del mío. La conocí en un recreo y me enamore perdidamente y ya nunca volvería a ser el mismo. Toda mi vida giró alrededor de ella, sus juegos, sus amigas, su factura de las 10:30, su delantal siempre manchado, sus ojos felices y su audacia.

Su audacia sobre toda las cosas, el día siguiente a que le declaré mi amor, en el recreo de las 10:30 con un cuarto de factura aún en su boca se acercó, sonrió levemente y me besó con una pasión completamente desubicada para aquella edad. Tuve que mentirle al mundo para poder estar más tiempo con ella, llegar tarde, no ir, escaparnos en cada recreo durante siete eternos días. Luego sus padres se la llevaron a vivir al exterior o algo así, nunca volví a saber de ella. El día que se despidió lo hizo sin melodramas, sin luto, sin escándalo pero con palabras que yo no podía entender, me dijo, el tiempo se congeló y nos dejó disfrutar.

Me encantó eso de encontrar un tiempo que no es egoísta que "nos dejó disfrutar" un tiempo cómplice, amigo. Un tiempo que se congela para permitir a los amantes por un eterno instante ser felices como los ojos de Magdalena. Si el tiempo es egoísta y a la vez no lo es, habrá de tenerle paciencia como se le tiene paciencia a un amigo, algo se tendrá entre manos quizás un quizás que no podemos, no queremos o no sabemos.

6 comentarios:

  1. Hubiera jurado que la frase sobre el tiempo era de Shakespeare y encima la cité esta semana.. siempre se aprende algo nuevo.. por lo demás muy lindo post!

    ResponderEliminar
  2. Internet es traicionero, allí como en la vida misma las apariencias engañan, sobre todo cuando encontrás citas o poemas adjudicados a grandes escritores como el famoso caso de "Instantes" que adjudican a Borges (que canallada ¿no?, pobre Jorge Luis), igual no confíes es mi, ni este torpe blog que mi yo escribe.
    Una astucia que puede resultar útil pero no infalible es buscar las fuentes, el nombre del poema, el libro donde está editado y si es posible la editora responsable, si estas cosas no existen entonces alguien nos ha engañado.

    ResponderEliminar
  3. Pues sí, acostumbro a chequear todo también.. pero hay tanta cosa en internet que a veces de leer y leer, se te van quedando en el subconsciente información errónea y PELIGROSA!!! gracias por el dato, abrazo!

    ResponderEliminar
  4. q buena frase “el tiempo se congeló y nos dejó disfrutar”.

    Genial, muy bueno el cuento, y muy buena esta... "nos dejó disfrutar" un tiempo cómplice, amigo. Un tiempo que se congela para permitir a los amantes por un eterno instante ser felices como los ojos de Magdalena." q lindo es ese tiempo congelado en el q nada existe mas q la persona q esta a tu lado. cool no? GNB

    ResponderEliminar
  5. Si tal cual "nada existe solo esa persona" si pudiera durar para siempre seríamos eternamente felices, que utopía!

    ResponderEliminar
  6. uuuuuuuuuuuuuu que buena faceta de mi amigo corredor lucas, ojala el tiempo no congele esa magia y nos siga dejando disfrutarla. diego

    ResponderEliminar